domingo, 29 de agosto de 2010

Comunicacion no violenta

Todos los dias hablamos de violencia y hablamos con violencia. Hoy, mientras pensaba sobre el tema del que queria postear, me di cuenta que ya me parecia bastante violencia la que habia en la calle, para agregar la violencia que percibimos. Y para remarcar el sentido de mis pensamientos, llego un tema interesante, mediante un curso al que asisto. El tema de esta noche fue sobre la comunicacion no violenta.

Recuerdo que en el libro de Dale Carnegie, Como ganar amigos e influir sobre las personas, se habla sobre la importancia de ganar una discusion y la unica forma de hacerlo: evitarla. Siendo yo una persona que adoraba ganar cada discusion, sin importar el tema o tamanio, me costo mucho trabajo entenderlo. Finalmente decidi elegir mis batallas y eso me ayudo a disminuir el nivel de estres en el que vivia.

Luego vinieron libros y autores con sugerencias mas pacificas que me ayudaron a entender el papel que el ego juega en todo esto. Y termine por entender que cuando algo me molesta, esta en mi la posibilidad de interpretarlo de diferente forma.

Hoy descubri que el principio de la comunicacion de la no violencia es el mismo. El autor dice que puedes estar en lo correcto o ser feliz. Me parece que como dice Carnegie, podemos morir luchando por hacer de este un lugar menos violento, pero lamentablemente me parece que no podemos ganar sobre la violencia, con mas violencia. Evidentemente, tendremos que hacer las cosas de una forma diferente para poder salir de este atolladero, en el que ya estamos hundidos hasta el cuello.

Asi que, que te parece darte una vuelta por el sitio del Centro para la comunicacion no violenta? De acuerdo a este sitio (http://www.cnvc.com/) la Comunicación NoViolenta (CNV) está basada en principios de no violencia -- el estado natural de compasión cuando no hay violencia presente en el corazón.


NVC empieza asumiendo que todos sentimos compasión por naturaleza y que las estrategias violentas -- ya sean éstas físicas o verbales -- son conductas aprendidas que la cultura prevaleciente enseña y sostiene. CNV también asume que todos compartimos las mismas necesidades humanas básicas, y que cada una de nuestras acciones son estrategias para satisfacer dichas necesidades.
 
Esta claro que para alcanzar este estado de no violencia, tendremos que cambiar la forma en la que hablamos y en la que pensamos, lo que por consecuencia tendra un impacto positivo en nuestro entorno. Te deseo el mejor de los viajes hacia la no violencia.

jueves, 26 de agosto de 2010

Mexico amenazado

Maniatado. Ultrajado. Asesinado. Con las vidas de 72 migrantes se mueren nuestras pocas esperanzas de ver a México como era antes. 

La desesperanza no viene de ver al gobierno impotente ante el crimen, este sí, organizado y poderoso. La desesperanza para mí llega al ver que esos 72 migrantes murieron al pasar por mi país, porque se negaron a convertirse en sicarios, a pesar del sueldo que los criminales les ofrecieron.

Esas 72 caras sin nombres, esos desterrados aceptaron morir. Respetaron la vida humana más que mis hermanos mexicanos.

No sé si hay una vida más allá de ésta, pero si la hay, estoy segura que ellos se han ganado una vida mejor. 

miércoles, 25 de agosto de 2010

Escucharnos

Una de las cosas más valiosas que podemos hacer para sanarnos uno al otro, es escuchar mutuamente nuestras historias. - Rebeca Falls

Quimioterapia social

Tenemos cáncer. Hace años aparecieron en nuestro país unas células dañinas. Comenzaron aprovechándose de nuestra hospitalidad, candor y confianza en las demás personas. Vieron que podían hacer y tomar lo que quisieran sin consecuencias. Se reprodujeron discretamente. Un acto de violencia por aquí y un abuso por allá. Empezaron a corromper nuestra sociedad, a hacer parecer "normal" lo que en cualquier país es una clara violación a los derechos humanos o a la propiedad privada.


Lamentablemente la causa de este cáncer está tan enraizada en nuestra sociedad, que difícilmente lo distinguimos hasta que es demasiado tarde. Este cáncer lo creamos tú y yo. Nuestros padres, nuestros abuelos y nuestros bisabuelos. Cada una de nuestras actitudes clasistas, racistas, sexistas, hizo más amplia la brecha entre tú y yo. El otro se fue haciendo tan diferente de nosotros que era claro y evidente que no somos iguales. Que no tenemos los mismos derechos ni las mismas obligaciones. Que no tenemos el mismo futuro. Hemos despersonalizado tanto al otro, que el otro ha hecho lo mismo. Ha matado impunemente no solo porque lo hemos dejado, sino porque lo hemos hecho olvidar que todos somos seres humanos y que la Vida (en mayúsculas) merece respeto.

Me parece que al igual que con el cáncer, necesitamos dos tipos de tratamientos. Urge una quimioterapia social, que nos permita acabar con "el mal" a corto plazo; que elimine esas células cancerígenas que ya existen y que se han robado nuestra tranquilidad. Pero también urge un cambio de forma de vida: tenemos que diseñar un país donde quepamos todos: hombres y mujeres, niños, ancianos, jóvenes y adultos, heterosexuales y homosexuales, católicos, judios, ateos, protestantes y de cualquier otra denominación, blancos, morenos, indígenas, de cualquier raza que se haya decidido a asentar en nuestro país.

Urge que entendamos que México somos todos y todo. Siete millones de jóvenes no estudian ni trabajan. Muchos de ellos tendrán hijos que difícilmente podrán mantener. No tardarán en llegar a la calle y exigir un poco de tu bienestar.

martes, 24 de agosto de 2010

La paz

Hoy los periódicos traen, como siempre, notas tristes y violentas, aderezadas con el título de Miss Universo y las discusiones de si el PRI debe obligar al Presidente a rendir el Informe.

Todos decimos que la paz es lo que más nos importa, pero en la práctica, hemos visto que nos importa más (y a lo que le dedicamos más tiempo) es un partido de futbol, un desquite político, una salida en la tarde con los amigos, o simplemente, hacer quedar mal al contrario en una discusión. Hasta que no dediquemos toda nuestra energía y tiempo disponible, no podremos afirmar que la paz es lo prioritario para nosotros.

La paz no es algo que sucede mientras no haya guerra. Es algo en lo que tenemos concientemente que trabajar.

lunes, 23 de agosto de 2010

La riqueza de México

La riqueza de México está en nosotros. Sí, tenemos un país vasto, con una gran variedad de plantas, animales y minerales que han sido explotados durante siglos. Lamentablemente, seguimos planeando nuestro futuro en la administración de estos recursos, olvidando que lo más valioso que tenemos es la riqueza de nuestra gente. Y no hablo por hablar con el típico cuento paternalista. Realmente, la riqueza intelectual de la gente es muy valiosa. El conocimiento genera riqueza y México en particular, está lleno de gente muy creativa.

Los mexicanos podemos y debemos generar riqueza mediante nuevo conocimiento. La capacidad de integrar a la mejor gente al mercado laborar y capitalizar sus ideas, es lo que hará de México un país más grande. Como dice Juan Enríquez "El futuro pertenece a las pequeñas poblaciones que hacen de la mente un imperio, y que ignoran la tentación  - o no tienen la opción - de explotar sus recursos naturales."

sábado, 21 de agosto de 2010

Estrategias de Acero para combatir el crimen

Articulo de tomado de El Periodico de Guatemala: http://www.elperiodico.com.gt/es/20090823/pais/111183


Sus propuestas han transformado ciudades como Bogotá, Colombia, donde la tasa de homicidios era de 80 por cada 100 mil habitantes –en Guatemala, área metropolitana, es de 86– y la bajó a 22.


El colombiano Hugo Acero Velásquez, 48 años, explica con metáforas y estrategias cómo devolver la ciudad a sus habitantes. ¿Cómo?, fácil, dice: “Cada quien hace lo que le corresponde y me lo hace bien”.
 
“Sociólogo con experiencia en manejo y gestión de temas de convivencia, seguridad ciudadana y nacional, manejo de crisis y terrorismo”. Posee un currículum que promete arreglar ciudades peligrosas.


– (Ríe) Yo no prometo nada, ni a mi esposa.

Que hablen los resultados: en Bogotá redujo de 86 a 22 homicidios por cada 100 mil habitantes, ¿qué propuso allí?

– Lo primero fue reconocer que teníamos un problema, y uno muy grave. Si lo ponemos en términos de alguien con una enfermedad terminal, un cáncer, digamos, la primera reacción es negar la existencia de la enfermedad. La gente solía decir “aquí no pasa nada”, “hay países peores”, “esto siempre ha sido así”, “los periodistas exageran, hacen de un muerto un drama”.

Muchas disculpas para no hacer nada. Lo segundo fue voluntad política.

¿Quién convocó, quién mostró esa voluntad política?

– Fue una decisión del Alcalde quien convocó a todas las instituciones a trabajar en 1995, yo entonces era el Secretario de Seguridad de Bogotá. El Presidente es el responsable directo de la seguridad, pero la Constitución establece que los alcaldes y gobernadores, ambos elegidos popularmente, también. La Policía obedece las órdenes que ellos imparten.

Pero, además se publicaron decretos presidenciales para establecer los Concejos Municipales de Seguridad donde participan el Comandante de la Policía del municipio, el Ministerio Público, el Comandante del Ejército (se invita al jefe de la base militar del sector, recuerden que tenemos un conflicto armado), el Director de Inteligencia y Medicina Legal porque manejan cifras de muertes violentas (homicidios y accidentes de tránsito). También se invitó a sectores importantes como los gremios económicos, en el caso colombiano, al Presidente de la Cámara de Comercio.

¿Cómo aseguraron la asistencia en cada sesión?, suele ocurrir que después de la tercera el interés decae.

– Es una citación mensual obligatoria e indelegable. Se creó otra ley que estableció la asistencia obligatoria al Concejo; los alcaldes, por ejemplo, evalúan cada año al Comandante de la Policía y envían su reporte a la Presidencia de la República, a la dirección de la Policía y se adjunta a la hoja de vida de cada comandante. El Alcalde, incluso, puede motivar el cambio de comandante de la Policía.

¿Y ha ocurrido?

– Sí. En 1991 sólo 17 de cada 100 personas creían en la Policía, hoy 74 de cada 100 colombianos creen en la Policía. Tocó renovarla, más de 22 mil policías, de 97 mil, se fueron por problemas de corrupción.

Con todos esos instrumentos y liderados por el Alcalde, trabajamos. ¿Cómo se conforma una selección colombiana de fútbol?, con jugadores de equipos que se han enfrentado toda la vida, y esa fue la idea. En equipo vimos el problema: 86 homicidios por cada 100 mil habitantes, Bogotá tiene 2 mil 600 barrios, en 92 de estos ocurría el 75 por ciento de los hechos violentos.

¿Qué tipo de violencia?

– Allí se infringía todo el Código Penal: lesiones personales, homicidios, hurtos con armas de fuego, robo de carros, de motos, abuso sexual. Dividimos esos barrios en 18 zonas y nos dimos cuenta que el problema no es sólo de policías, jueces y cárcel, encontramos desorden urbano:  niños sin escuelas, basura, espacios públicos deteriorados, sin parques y los pocos abandonados, por las noches las calles no estaban lo suficientemente iluminadas.

¿Tú crees que la Policía ilumina? No, como tampoco el sector justicia da educación ni arregla parques ni recoge la basura ni cierra terrenos donde violan a personas o consumen drogas. ¡Ah, no…! Aquí tenemos que intervenir integralmente el territorio y empezamos en dos áreas específicas, de un lado seguridad y justicia que hacía Inteligencia e Investigación Criminal para detectar bandas de criminales y la lógica del negocio criminal. Y por el otro la parte social donde invitamos al sector Educación, Salud, Recreación y Deportes, Cultura y Servicios públicos (agua, energía y teléfonos).

Les dijimos: “Cada institución desde la función que le corresponde sobre esos 18 sectores me hace un diagnóstico y me dice cuántas escuelas hay, en qué condiciones están, cuántos profesores hacen falta y qué van a hacer. Me dicen cuántos parques hay, cuántos van arreglar y cuántos van a construir. La gente de energía me dice cuál es la situación y cuándo le va a dar mantenimiento para que todo esté completamente iluminado. Los de limpieza cuándo dejarán libre de basura este territorio”. Así, cada quien hace lo que le corresponde.

¿Así nada más les nació la conciencia a todos?

– No es conciencia, es lo que tienen qué hacer. No le estaba pidiendo a la empresa eléctrica que me ayudara a socializar indigentes, le dije “ilumine, es su tarea”. Tampoco le pedí a la empresa de limpieza que se vuelva vigilante si no que recoja la basura. “Cada quien hace lo que le corresponde y me lo hace bien”.

Se puede tener la mejor estrategia y al mejor equipo, pero si no hay respuesta de la población no funciona. ¿Cómo respondieron?

– Soy de los que cree que primero hay que organizar la casa, yo como Estado no puedo ir a decirle a la gente que participe si no estoy organizado. Primero ordeno para luego hacer un ofrecimiento a la comunidad.

-Es decir, quitó la sensación de ausencia del Estado.

– ¿Sabes qué decían algunos alcaldes?, “es que hay ausencia del Estado”. ¡Señor alcalde, pero si usted es el representante del Estado! Después de ordenar, intervenimos inicialmente dos zonas.

¿Intervenir?

– Sí, intervenir, pero a la gente le decíamos “venimos a trabajar” en esos barrios controlados por los delincuentes. El grupo de seguridad y justicia hacía análisis sobre los grupos criminales que existían en el sector, determinaban “mire, en ese sector operan 4 bandas, una es la de El Morro, la conforman 17 individuos, la dirige alias El Mocho”. Grabamos este video, tenemos estas fotos, él roba en este sector, vende droga en esta casa”. Descubrimos la cadena entre lo que se robaban, a quién se lo entregaban, quién lo compraba y quién lo vendía; un trabajo de 6 meses.

Se llenaron expedientes y los jueces nos autorizaron para grabar.

Las intervenciones no eran indiscriminadas, con nosotros fue selectivo, al entrar sabíamos a qué delincuente detener, “yo vengo por usted, señor, los demás pueden seguir bailando. Y me lo llevo porque está robando y aquí están las fotos y el video que lo prueban”.

A veces nos desencantamos porque queremos resultados inmediatos, ¿cuánto tiempo les tomó a ustedes bajar el número de homicidios?

– Comenzó en 1995 y en 10 años logramos en Bogotá bajar de 86 a 22 homicidios por cada 100 mil habitantes. No fue fácil, tuvimos fracasos, amenazas. En una de las intervenciones a una casa de estas zonas nos advirtieron “si intervienen hay guerra”. Iba un juez porque era con orden judicial, no era que tumbáramos por tumbar, todo estuvo sustentado en términos de Estado. “Si entran los matan”, ¿qué haces tú?, ¡pare, pare, pare! No podíamos exponer a las 80 personas que estaban allí. No es fácil, pero en la mayoría de procesos tuvimos éxito porque todo estaba planeado, no era que recuperemos este sector y metemos 600 policías, detienen a 350 personas, los presentan a los medios y a los 2 meses sólo hay 2 detenidos. O ninguno.

En Colombia el Alcalde tiene incidencia sobre instituciones estatales, en Guatemala no tienen esa facultad.

– En Ecuador al igual que en Guatemala los alcaldes no tienen responsabilidad en ese tema y pudimos hacer cosas interesantes. Trabajé con alcaldes poseedores de un liderazgo espectacular, como Jaime Nebot, 80 por ciento de popularidad, en Guayaquil, o Paco Moncayo, 65 por ciento de popularidad en Quito. Cuando se tiene popularidad hay que gastarla, con ambos la estrategia fue desarrollar impacto. Jaime Nebot citó a los medios de comunicación: “Señores, los he invitado para transmitirle un mensaje a la ciudadanía, quiero decirle que yo no tengo responsabilidad en materia de seguridad, pero me preocupa como alcalde lo que le suceda a mis ciudadanos, me preocupa lo que está sucediendo en Guayaquil, no puede seguir tan insegura.

Por eso yo, Jaime Nebot, alcalde, ante los medios y la ciudadanía convoco a la Policía Nacional, a la Corte Suprema de Justicia, a los jueces, al Director de Presidios del departamento…”, bueno, convocó a todas las instituciones para que trabajaran en equipo por la seguridad.

No cabildeó, comprometió a todos públicamente.

– Impactó, y en ocho días se firmó un pacto. Cada mes se realizaba una reunión cerrada y luego una rueda de prensa, y cada uno salía a decir qué había hecho para mejorar la seguridad.

El común denominador de estas experiencias es que hay un líder, ¿tiene que ser el alcalde?

– El Presidente o los alcaldes, pero sin líder esto no funciona. En el caso de Bogotá en 1997 se formó “Bogotá cómo vamos”, que agrupa a todos los gremios (industria, comercio y turismo) junto al diario más importante, El Tiempo, y la Fundación Corona. Conformaron un equipo independiente de expertos en seguridad, yo los llamo grupos de presión, y ellos nos obligaban a presentar resultados públicamente cada seis meses, ellos nos evaluaron.

Es trillado, pero en Guatemala la guerra nos dejó sin líderes.

– En los años ochenta nos mataron jueces, fiscales, tuvimos el narcoterrorismo más fuerte, nadie salía a un centro comercial porque ponían bombas. ¿Cómo vamos a salir de esto? Nos mataron a tres candidatos presidenciales y hasta entonces la juventud se movió y promovió una reforma importante en la Constitución, una más democrática, el presidente Cesar Gaviria reformó la Policía en forma radical. Se dan procesos, no hay una fórmula para crear líderes, pero sin ellos es muy difícil hacerlo.

Lo escucho hablar y me viene a la mente el ex alcalde de Nueva York, Rudolf Giuliani, y su cruzada contra la delincuencia.

– (Ríe) Ya alguien me llamó El Giuliani de los pobres... ojalá llegara a ser alcalde y trabajara este tema. Hay diferencias con Giuliani y es que su estrategia fue más represiva y xenofóbica contra negros y latinos, así logró limpiar Nueva York. El modelo que nosotros seguimos es más integral, mucho desarrollo social, prevención. La formación de ambos es también distinta, Giuliani es abogado penalista, yo soy sociólogo.

¿Cómo un sociólogo termina asesorando alcaldes de ciudades peligrosas?

– A mediados de los ochenta aparecieron unos “violentólogos”, expertos en violencia, en 1995 publicaron el primer libro Colombia, vivencia y democracia. Muchos estudiantes en ese momento nos entusiasmamos y terminé haciendo estudios sobre colonización y violencia en zonas de paramilitares y guerrilla.

En los barrios más inseguros, más terribles, el 99 por ciento de la gente que los habita es gente buena, trabajadora, intimidada por grupos pequeños que se convierten en modelos para niños y niñas y se reproduce. Desde el punto de vista de un sociólogo lo que se necesita es una transformación cultural y no sólo “metamos a todos presos”.

viernes, 20 de agosto de 2010

Armonía

"Debemos aprender a vivir todos juntos, como hermanos, o pereceremos todos juntos, como idiotas".

-Martin Luther King

jueves, 19 de agosto de 2010

¿Celebrar o Recordar?

Tomado de bicentenario.gob.mx

Circulan por la red varios mensajes referentes al silencio que debe sentirse este dia del Grito. Siento ambivalencia por este pedido. Coincido en que es dificil tener un ánimo festivo en estos momentos pero me parece que ya hemos guardado mucho silencio.  ¿Queremos un cambio? Entonces ya es hora (¡por fin!) de ponernos las pilas y empezar a chingar sistemáticamente.

No bastan amenazas en facebook o twitter o por correo electrónico dirigidas al vacío del internet; dudo que les haga a los señores diputados, senadores o gobernantes algo más que cosquillas.  ¿Por qué no tomas el teléfono, fax o  computadora y contactas a quienes te representan? Háblales, explícales, demándales, únete a los demás esfuerzos, pero por favor, ¡haz algo!

¿Cuál fué la última participación cívica que tuviste además de las elecciones? El gobierno necesita saber que ya estás harto y que estás dispuesto a pelear cada decisión que tomen sin consultarte. Adopta a tu diputado y dale seguimiento. Únete a las organizaciones sociales y sé una piedra en el zapato en tu comunidad.

En cuanto al Bicentenario, es triste que hayamos tenido que esperar tantos años y aguantar tantos malos tratos para quejarnos, pero ya que estamos en el momento adecuado y que tal vez hayan medios de comunicación internacionales, aprovecha el día para expresarte.

No se trata de celebrar dos guerras que a nosotros no nos costaron. Se trata de recordar el espíritu revolucionario de quienes lo hicieron. ¿Y nosotros, qué hemos hecho? Lamentablemente parece que nada. En 100 años la calidad de vida ha mejorado, el acceso a la educación, a los recursos, a los medios de comunicación, etc. han incrementado y nosotros seguimos papando moscas. Me apena sinceramente recordar que hace 100 y 200 años, un puñado de hombres y mujeres, con mucho menos recursos de los que disponemos nosotros pudieron poner en vilo a dos países.

miércoles, 18 de agosto de 2010

¿Qué hacer ante tanta violencia?

Cada día los periódicos traen más y más notas deprimentes. Y no es para menos: México se está volviendo rápidamente uno de los países más peligrosos en Latinoamérica.
Imagen tomada de: asiuns.blogspot.com

Lo primero que debemos hacer para luchar contra tanta violencia es conocer a nuestro enemigo: ¿qué es la violencia, cuáles son los factores que influyen en un comportamiento violento, en dónde se presenta más comúnmente?

La violencia es el uso de la fuerza o poder, amenazado o real, contra uno mismo, otra persona, un grupo o comunidad, que resulta ya sea en daño físico, psicológico, privación, subdesarrollo o muerte, según la OMS; la violencia  tiene muchas caras. Se define en tres grandes categorías que a su vez incluyen diferentes tipos:
-Autoinducida: Suicidio, Autoabuso
-Interpersonal: Por parte de la familia y/o pareja así como de miembros de la comunidad (conocidos o extraños)
-Colectiva: Social, Política o Económica

La naturaleza de la violencia puede ser física, sexual, psicológica y de descuido o privación.

Nadie está ajeno a ella. ¿Cuántos casos no conocemos de niños maltratados o descuidados, de mujeres golpeadas o violadas por su pareja, de violencia en escuelas, centros de trabajo? A todo esto se suma ahora la violencia que se vive en las calles, donde ya nadie se siente seguro y todos han modificado sus hábitos para exponerse menos a dicha violencia. Lo que es claro es que una persona, víctima de la violencia, tendrá un impacto negativo en la comunidad, por lo tanto, la comunidad tiene un papel importante en la prevención y la atención de las víctimas.

Si hablamos de las que más nos preocupan recientemente:
La violencia interpersonal: los factores comunes de riesgo incluyen crecer en un hogar violento o deshecho, abuso de sustancias, aislamiento social, roles de género rígidos, pobreza y desigualdad social, así como características personales como poco autocontrol y baja autoestima.
La violencia colectiva: los factores que incrementan el riesgo de violencia colectiva son una falta de procesos democráticos y un acceso desigual al poder, desigualdad social marcada por una distribución poco equitativa de recursos, control de recursos naturales por un solo grupo y rápido crecimiento demográfico que aventaja la capacidad del gobierno para proveer servicios básicos y oportunidades de trabajo.

No podemos permanecer impasibles ante un problema que nos afecta a todos, y definitivamente no podemos esperar a que las autoridades hagan algo y sentarnos a criticar mientras tanto.  Si en algo puedes cooperar, si algo puedes donar (tiempo, dinero, bienes), todo es bienvenido. ¡Acércate a las diferentes instituciones que merezcan tu confianza y participa!

Prevenir la violencia puede lograrse con un esfuerzo conjunto. De nuevo, gracias a la OMS por sus recomendaciones.

En nuestras manos está el trabajo individual/familiar:
-Educación: particularmente para los jóvenes y las comunidades marginadas.
-Desarrollo social: prevención de la violencia escolar, ayuda para desarrollar habilidades sociales, manejo de la ira, solución de conflictos, moral.
-Programas terapéuticos para las víctimas de violencia.
-Tratamiento para abusadores
-Entrenamiento para padres
-Programas de mentores
-Terapia familiar
-Desarrollo de relaciones interpersonales

Por su parte, la comunidad (todos somos parte de la comunidad) puede hacer:
-Campañas de educación pública
-Mejoras al medio ambiente (seguridad, alumbrado)
-Actividades extracurriculares
-Capacitación de profesionales de seguridad, salud y educación
-Vigilancia comunitaria
-Programas de desarrollo social en instituciones
-Intervenciones comunitarias en conjunto con los diferentes sectores para mejorar los servicios y programas.

Juntos, la Sociedad y el Gobierno pueden:
-Crear y mejorar las leyes contra la violencia.
-Firmar tratados internacionales que exijan la prevención de la violencia.
-Reducir la pobreza y desigualdad social, incrementar el apoyo a las familias.
-Dedicar más esfuerzo a lograr el cambio social y normas culturales. Particularmente importante para reducir las prácticas dañinas de discriminación racial, social o sexual.
-Implementar programas de desarme.

Hoy te invito a que le des a México dos horas de tu tiempo por semana (lo mismo que tarda una película). Una hora para mejorarte a ti mismo y una hora para ayudar a mejorar a los demás. Haz algo tangible y compártelo con tus conocidos.

martes, 17 de agosto de 2010

Educación

La principal herramienta para la vida que aprendemos en casa. Pareciera que todos tenemos derecho a ella, pero no hay nada más lejos de la realidad.

Pocas personas en nuestro país tienen acceso a una verdadera educación, aunque muchas de ellas tienen acceso a la enseñanza escolar (en el 2000, 48% Hombres y 44% Mujeres mayores de 15 años, con secundaria o estudios técnicos, de acuerdo al censo del INEGI), que lamentablemente está limitada en muchos casos a repetir datos sin sentido. Uno de los pilares de la sociedad es la educación, sin embargo, la dejamos en manos de la televisión, la sirvienta (según el nivel social) y los maestros, que en muchos de los casos están desmotivados y/o mal pagados. La intervención de la familia en la formación de los hijos es cada vez menor.

Y luego nos sorprendemos por que no hay gente educada. Es claro que la educación no es nuestro principal recurso cuando pocas mujeres tienen acceso a ella. Incluso en familias de clase media, es común que no se desee invertir en su educación.

La televisión, aunque es un gran entretenimiento y pudiera ser usado con fines educactivos está limitada por la programación basura que existe en casi todos los canales (los niños mexicanos ven en promedio 2 horas diarias de televisión, según "An international comparative survey", Dibb, 1996). Cuando lo que vende son novelas, futbol y espectáculos dignos de un table-dance, la educación pierde el lugar que pudo haber tenido. Antes por lo menos las caricaturas eran un poco más sanas y dejaban con suerte alguna moraleja, ahora, las caricaturas para adultos han pasado al horario infantil y ponen como ejemplo a niños irresponsables, adultos estúpidos y figuras de autoridad que son motivo de burla.

Si hablamos de la educación que podían prestar las nanas o sirvientas hace tiempo, por lo menos había esperanza. En ese entonces podríamos aprender sentido común y sabiduría popular, ya que la sirvienta (y la nana con mayor razón) era parte de la familia y por lo tanto, tenía un nivel de co-responsabilidad en la educación de los niños. Pero si ahora la persona que hace el aseo está en la casa menos de 5 horas, y que por el sueldo que recibe no hará más que limpiar la casa, claro está, no podemos esperar que reparta un conocimiento que seguramente no tiene.

Y finalmente, hablando de los maestros, ¿qué podemos esperar de un grupo al que sistemáticamente le hemos reducido autoridad, respeto e influencia? Muchos de ellos son personas cultas, honorables y dedicadas a la educación, pero que lamentablemente no tienen el presupuesto o la autoridad para verdaderamente educar a los hijos que les prestamos durante 6 horas diarias. Por otro lado, en muchas ocasiones están solos frente a los padres y alumnos, que hacen un frente común en su contra. Y por último, ¿que se puede esperar de un gremio dirigido por una persona que no sabe como pronunciar "epidemiológico"? Mientras las riendas de este grupo estén en manos de personas más interesadas en la política que en la educación de los niños, los recursos se enfocarán en cualquier otra cosa, antes que en el supuesto fin común.

Tenemos que entender que la educación empieza, continúa y termina en el hogar, con apoyo e intervención de la familia extendida, los maestros, los amigos de la familia y la comunidad en general.

Nuestra responsabilidad es educarNos y educarLos. A todos.

México es nuestro

Es tuyo y es mío. Es de todos. La primera parte todos la entendemos. Sabemos que México es nuestro y por lo tanto, nos creemos con el derecho de hacer con él lo que queramos. La última parte es la complicada. No queremos entender que cuándo algo es de todos, todos tenemos derecho a disfrutarlo, pero cuando no le permitimos a los demás que lo disfruten, estamos incumpliendo la regla básica para la convivencia: el respeto.

El respeto es algo que perdimos hace mucho. No nos respetamos a nosotros, a nuestros cuerpos, a nuestros padres, a las autoridades. Si bien es cierto que muchas veces no trabajamos para ganarnos ese respeto, también es cierto que si no nos respetamos a nosotros mismos, nada ni nadie podrá parecer que merece nuestro respeto.

Para volver a ganar y otorgar ese respeto, tenemos que demostrar que lo merecemos. El respeto puede ser entendido como veneración, pero el origen de la palabra tiene que ver con "atención, consideración".

El respeto mutuo es la base de cualquier relación y se construye cada día.
Imagen tomada de: www.hilonesometours.com/

La región más transparente

Hace ya muchos años leí que sobre una novela de Carlos Fuentes con ese nombre y, (¡no era sarcasmo!) se refería a la Ciudad de México. Me dio tristeza ver que con el paso de los años, la realidad no tenía ninguna relación con la novela.
Cd. de Mexico, tomado de Etiqueta Negra.com.pe

Este blog es un intento más por recuperar el aire que se respira en todo México. No solo físicamente hablando, el aire de las ciudades, sino el aire de seguridad, sencillez y hospitalidad que se respiraba hace apenas unos años.

Yo, al igual que tú, me siento triste, abatida, desesperada. Veo que mi familia y mis amigos ya no están seguros en nuestro país. Veo que el extranjero nos observa con desconfianza. Veo que la desigualdad comenzó una lucha que apenas va iniciando y que no tiene para cuando acabar.

Hace años, me tocó escuchar a un entonces candidato a la presidencia mencionando las tres razones por las que quería ayudar a México: sus hijos. Y aunque el trabajo que hizo fue pobre, me parece que tenía razón. Nuestros hijos (y no me refiero solo a los hijos que procreamos nosotros mismos), los hijos de México merecen, ya, un mejor país. Pero eso no va a suceder sin ayuda, sin nuestro trabajo diario.

Sé que no podemos cambiar lo que hay en la mente de 100 millones de mexicanos. Lo único que podemos hacer es ayudarles a ver la necesidad de ese cambio. Y eso es algo en lo que todos podemos ayudar.

Te pido que me ayudes a difundir este blog y a participar en él, pero sobre todo, a que te comprometas por un futuro mejor. Comprometerse implica entregarse y esa es la parte más difícil. Implica vivir día con día los valores que harán de nosotros mejores mexicanos. Implica no ceder a la corrupción aunque ésta sea la solución rápida y barata a corto plazo. Por que ya vimos lo que causa a largo plazo.

Vivir así, de forma honesta, será más difícil, más cansado y más caro que ayudar a la corrupción, pero definitivamente, a mediano y largo plazo será mejor para todos. Si no quieres comprometerte, no tienes derecho a quejarte; sin compromiso no hay ganancia. Este cambio tiene que venir de adentro, de todos y cada uno de los mexicanos. Si no lo hacemos nosotros, nadie podrá ayudarnos.