lunes, 8 de noviembre de 2010

La violencia empieza en casa

No dejemos que sea nuestro caso. Aqui les comparto un terrible testimonio de violencia y pedofilia.

Para leer mas entren a: http://contralosmonstruos.blogspot.com/


martes 21 de septiembre de 2010

Indicios y sintomas.


En entrada me voy a ayudar con un libro para explicar lo que nos sucedió, lo hago así por que yo no soy ni abogada ni psicóloga y si la intención es aprender y ayudar hay que acudir con los verdaderos conocedores del tema.
El libro es “Acciones para evitar la re victimización del niño victima del delito” y esta editado por la Oficina de Defensoría de los derechos de la infancia. Lo pueden encontrar en la web en formato PDF, considero que vale la pena leerlo, sobre todo para las personas envueltas en estas situaciones.
Aquí les enlisto algunos de los síntomas del abuso sexual:

Lastimaduras en el área genital ó anal que pudieran estar provocadas por ejemplo.
Manifestación de molestias ó ardor en el área genital también atribuibles a tocamientos bruscos o rozamientos
Dolor al orinar ó defecar.

Esto suena más que obvio, pero por lo menos en mi caso no fue así. Una semana antes de que descubriera el abuso, mi nena me dijo que tenia comezón en la vagina y que le ardía al orinar,  exactamente en esa semana mi lavadora se había descompuesto y atribuí la molestia a que la ropa estaba mal enjuagada ya que estaba lavando a mano,  así que cuando le comente a el monstruo que iba a llevar a la niña al pediatra “sugirió” que probáramos primero con alguna pomada a ver si le quitaba la molestia, el personalmente fue a comprarla y momentáneamente los síntomas desaparecieron y por un tiempo se “escondió” la bacteria que tenia mi niña.
No “piensen” como yo, que podía ser una infección por no limpiarse correctamente al orinar, irritación por lavar mal la ropa, no receten a sus hijos, ni una pomada. 

Tiene problemas de aprendizaje que no pueden ser atribuidos a una causa física o psicológica específica; se concentra con dificultad.

Perdí la cuenta de cuantas veces comente lo difícil que me resultaba hacer una tarea con mi gordita, que se distraía por que la mosca volaba, que de un día para otro olvidaba lo estudiado.

Llega temprano a la escuela y a otras actividades, se queda hasta tarde y no quiere regresar a su casa.

Le encantaba ir al parque, pero según yo, a que niño no le gusta salir a jugar con sus amiguitos, pero si de ella hubiera dependido, no hubiera entrado a la casa nunca. Y ahora se por que.

Demuestra cambios repentinos en su comportamiento y en su desempeño escolar.

El desempeño escolar no siempre empeora, en nuestro caso mejoro, por que el monstruo además de todo diario revisaba cuadernos y libros, era una mas de sus armas para imponer castigos.

Siempre está alerta, como si algo malo le pudiera ocurrir.

Ahora entiendo por que a veces se hacia la dormida ó escuchaba atrás de las puertas, a mi me parecía que estaba adquiriendo un mal habito y llegue a regañarla por eso.

Es extremadamente retraído, pasivo o sumiso.

Como ya lo dije en otros temas, ella con el era muy obediente, muy dócil, daba la impresión de que se querían mucho, por que buscaba como halagarlo.
Se que en muchos puntos soy repetitiva, pero mientras mas leo y mas me adentro del tema, veo muchas señales que en su momento pasaron desapercibidas para mi, por que los niños tienen otra manera de pedir ayuda, no razonan como nosotros, son mas sensitivos y “menos pensantes”.
Yo siempre tengo mucho trabajo, muchos recibos que pagar, mucha ropa que echar a la lavadora, ando correteando al camión de la basura y al del gas, rezando una magnifica para que un jardinero aparezca y  le de una arregladita a la selva que tengo por cochera…Pero hay que entender (yo lo entendí a la mala) que no hay que descuidar lo importante por lo urgente.





lunes, 20 de septiembre de 2010

Editorial publicado este domingo en El Diario de Juárez

Tomado de ElNorte.com

Ciudad Juárez  (19 septiembre 2010).- 
¿Qué quieren de nosotros?

Señores de las diferentes organizaciones que se disputan la plaza de Ciudad Juárez: la pérdida de dos reporteros de esta casa editora en menos de dos años representa un quebranto irreparable para todos los que laboramos aquí y, en particular, para sus familias.

Hacemos de su conocimiento que somos comunicadores, no adivinos. Por tanto, como trabajadores de la información queremos que nos expliquen qué es lo que quieren de nosotros, qué es lo que pretenden que publiquemos o dejemos de publicar, para saber a qué atenernos.

Ustedes son, en estos momentos, las autoridades de facto en esta ciudad, porque los mandos instituidos legalmente no han podido hacer nada para impedir que nuestros compañeros sigan cayendo, a pesar de que reiteradamente se los hemos exigido.

Es por ello que, frente a esta realidad inobjetable, nos dirigimos a ustedes para preguntarles, porque lo menos que queremos es que otro más de nuestros colegas vuelva a ser víctima de sus disparos.

Aun cuando todo el gremio periodístico de esta frontera ha sufrido las consecuencias de esta guerra en la que ustedes y el Gobierno federal se hallan, El Diario ha sido, sin duda, el medio más lastimado hasta el momento porque ninguno ha resentido la muerte de dos de sus colaboradores, como nosotros.

Ya no queremos más muertos. Ya no queremos más heridos ni tampoco más intimidaciones. Es imposible ejercer nuestra función en estas condiciones. Indíquenos, por tanto, qué esperan de nosotros como medio.

Esta no es una rendición. Como tampoco significa que claudicamos al trabajo que hemos venido desarrollando. Se trata de una tregua para con quienes han impuesto la fuerza de su ley en esta ciudad, con tal de que respeten la vida de quienes nos dedicamos al oficio de informar.

Frente al vacío de poder que respiramos los chihuahuenses en general, en medio de un entorno en el que no hay las garantías suficientes para que los ciudadanos puedan desarrollar sus vidas y actividades con seguridad, el periodismo se ha convertido en una de las profesiones más riesgosas y El Diario puede dar cuenta de ello.

Para los que estamos al frente de esta empresa editora, si bien nuestros objetivos y misión de bien informar a la comunidad siguen siendo los mismos de hace 34 años, en estos momentos no le hallamos sentido a seguir poniendo en riesgo la seguridad de tantos compañeros para que sus vidas tan valiosas sean utilizadas como vehículos de mensajes, cifrados o no, entre las diversas organizaciones, o de éstas hacia las autoridades oficiales.

Hasta en la guerra hay reglas. Y en cualquier conflagración existen protocolos o garantías hacia los bandos en conflicto, para salvaguardar la integridad de los periodistas que las cubren. Por ello les reiteramos, señores de las diversas organizaciones del narcotráfico, que nos expliquen qué quieren de nosotros para dejar de pagar tributo con la vida de nuestros compañeros.

Y es que del mensaje que uno de estos grupos dejó en una manta colocada ayer por la mañana en la esquina de Ejército Nacional y Tecnológico, se puede colegir que se adjudica el asesinato del reportero gráfico Luis Carlos Santiago Orozco, registrado el jueves por la tarde en un centro comercial.

La pancarta contiene un recado amenazador dirigido a supuestos comandantes y un comisario, en el que les advierten que les pasará lo mismo que a nuestro fotógrafo si no regresan una cantidad de dinero.

Desde que comenzaron a aparecer estos mensajes en mantas o pintas sobre paredes, El Diario no lo ha tomado como un juego, sobre todo porque han demostrado tener veracidad ya que varias de estas advertencias se han cumplido.

En cambio, a la vuelta de casi dos años del asesinato de nuestro compañero Armando Rodríguez Carreón, nos hallamos demasiado escépticos de que las supuestas autoridades de justicia que están por terminar su mandato nos entreguen un esclarecimiento confiable.

Han sido tantos los ofrecimientos, tantas las promesas de que el caso se aclararía sin que ninguno resultara cierto, que si a estas alturas nos presentaran a un presunto responsable del crimen lo primero que haríamos sería pasarlo por el tamiz de la duda.

El periódico no se va a conformar de buenas a primeras con el primer indiciado que le aseguren se trata del autor del atentado contra "El Choco", porque contamos con información de que se anda buscando un "chivo" expiatorio para cargarle la culpabilidad de este crimen que para nosotros es tan delicado.

Si con ello pretendieran bajarle la presión al asunto, resultaría contraproducente porque lo único que conseguirían sería atraer una desconfianza mayor de la que, de hecho, ya mantienen entre el grueso de la ciudadanía ante los altos índices de impunidad que se registran.

En todo caso, para que El Diario aceptara un resultado a estas alturas tendría que ser avalado asimismo por organismos internacionales de periodistas, así como de derechohumanistas.

Hace cuatro años y medio, cuando Felipe Calderón Hinojosa aún se hallaba en campaña por la carrera presidencial, acudió a las instalaciones de El Diario para ofrecer una entrevista sobre diversos temas.

En ese encuentro con los trabajadores de la comunicación de este medio, el hoy presidente de la República respondió a una pregunta que se le planteó en torno a las garantías que ofrecería su administración federal para el buen desarrollo de la libertad de expresión y de sus representantes.

Calderón dijo que "en el caso de los asesinatos (de periodistas), así como yo estoy protegido por mi condición de candidato, creo que en la medida en que una actividad se desarrolle en beneficio de la comunidad y encierre peligrosidad también debe haber mecanismos que la protejan. Un periodista que ha sido amenazado o que realice una investigación contra el crimen organizado debe tener mecanismos de protección especial y qué bueno que se creó la fiscalía especial en esa materia".

A la vuelta de estos años, la historia es bien conocida: el primer mandatario, para conseguir la legitimación que no obtuvo en las urnas, se metió –sin una estrategia adecuada–, a una guerra contra el crimen organizado sin conocer además las dimensiones del enemigo ni de las consecuencias que esta confrontación podría traer al país.

Introducidos sin pedirlo en el conflicto, los mexicanos –y de manera particular los juarenses– han estado al garete de decisiones erróneas que terminaron llevándoselos en medio, con los resultados ahora conocidos y, sobre todo, abominados por las mayorías.

En ese contexto, los periodistas también fueron arrastrados a esta lucha sin control, sin que el presidente pensara en aquel compromiso proferido en la sala de juntas de El Diario, porque los trabajadores de los medios han sido amenazados, han realizado investigaciones sobre el crimen organizado y han estado en medio de esta guerra como testigos privilegiados a la vez que intimidados, pero aun así nunca recibieron de su gobierno los "mecanismos de protección especial" que subrayó como indispensables.

Las únicas armas de defensa que hemos tenido quienes nos dedicamos al oficio, han sido la búsqueda de la verdad, el manejo de las palabras, así como nuestras máquinas de escribir –hoy computadoras– y cámaras fotográficas.

El Estado como protector de los derechos de los ciudadanos –y, por ende, de los comunicadores– ha estado ausente en estos años de belicosidad, aun cuando haya aparentado hacerlo a través de diversos operativos que en la práctica han sido soberanos fracasos.

El viernes pasado, tras el crimen del fotoperiodista Luis Carlos Santiago Orozco, El Diario publicó un editorial en el que enfatizaba esta ausencia al cuestionar "¿A quién exigimos justicia?" En ese mismo tenor se hallan los ciudadanos que no saben ya a quién recurrir para pedir ayuda.

Hace apenas unos días los colegios de médicos adelantaron la posibilidad de hacer una huelga de sus servicios como medida de presión hacia los gobiernos para conseguir respuestas, tras de que varios de sus colegas han sido secuestrados y algunos asesinados a pesar de que se pagó el rescate por ellos.

Otros, como los comerciantes y empresarios también han contemplado acciones de presión, como aplicar una huelga de pagos de impuestos y derechos, de los que vive el gobierno.

Es tanta la falta de justicia, es tanta la desolación e impotencia que sienten todos los sectores, que no sería descabellado comenzar a aplicar acciones que realmente le duelan a quienes tienen la obligación de hacer más por salvaguardar la seguridad de la ciudad, del estado y del país.

En contraste, el mayor obligado en proteger a los ciudadanos se pierde en disquisiciones estériles en torno a si México está igual o peor que Colombia hace veinte años, afirmación emitida por la secretaria de Estado de EU, Hillary Clinton, avalada por medios tan serios como el Washington Post, o bien, se encarga de ofrecer circo a los connacionales a través del oneroso gasto utilizado en las celebraciones por el Bicententario, recursos que mejor debería haber empleado en reforzar las pálidas estrategias de seguridad.

No contento con lo anterior, el primer mandatario pontifica sobre la paz en el país como si se tratara de algo real, al enviar una carta a cada una de las familias de la nación en la que, entre otras cosas y de manera retórica, subraya que el blanco del color de nuestra bandera nacional es el de "la paz que hemos conquistado".

Tal afirmación es una burla para los juarenses que se ahogan en un baño de sangre y que de paz es de lo que menos saben en estos tiempos.

En Ciudad Juárez hemos llegado a un punto en el que es necesario –y urgente– adoptar otro tipo de medidas para obligar a las autoridades establecidas por ley, a ofrecer respuestas más contundentes, porque la capacidad de tolerancia de tantos ciudadanos dolidos ha rebasado ya sus límites.

El Diario, por lo pronto, asume la postura manifestada en los primeros párrafos, de llamar a los grupos en pugna a que expresen qué es lo que quieren de nosotros como comunicadores.

De víctimas a verdugos

Como si los atropellos, atentados y demás intimidaciones en contra de los medios de comunicación no fueran suficientes, ayer la secretaria de Educación y Cultura del Gobierno estatal, Guadalupe Chacón Monárrez, vino a ponerle más sal a la herida al declarar que somos los culpables del terrorismo psicológico que se vive en la ciudad.

Ahora resulta que, además de víctimas, en la mente de la funcionaria somos los victimarios al culparnos de terroristas por sólo cumplir con nuestra tarea de informar a la comunidad de lo que está sucediendo en esta frontera.

El terrorismo, y esto debe quedarle muy claro a la secretaria de Educación, viene de otras fuentes, no de los medios de comunicación que somos el vehículo para informar de lo que sucede en esta ciudad.

De manera específica Chacón Monárrez se refirió al caso de la escuela primaria y el kínder del norponiente en donde no sólo los padres de familia, sino los mismos maestros, viven con el temor de que algo pueda pasarles ante las amenazas recibidas de parte de un grupo de extorsionadores.

Fueron los propios padres de familia los que se acercaron a este periódico para expresar el miedo que sentían –y sienten– por la seguridad de sus hijos. Las amenazas no las vertió El Diario como tampoco este medio es el que infundió entre los progenitores la iniciativa por denunciar las intimidaciones recibidas.

Ante esta situación, ¿qué esperaba la funcionaria? ¿Que sólo escucháramos a los padres de familia y los regresáramos a sus casas? ¿O que los mandáramos a poner la denuncia correspondiente ante Averiguaciones Previas cuando ellos mismos manifestaron que no confían en la autoridad porque no hace nada al respecto?

El reportero que los escuchó hizo lo que tenía qué hacer: escribir la nota correspondiente y entregarla al editor, quien también cumplió con su función y su responsabilidad de publicarla porque se trataba de un asunto de trascendencia en el que estaba de por medio la integridad de numerosas personas, sobre todo niños.

El terrorismo no lo propició la información divulgada, de la cual se hicieron eco el resto de los medios de la ciudad, sino quienes amagaron a los menores, a sus padres y a los maestros. Pero, sobre todo, lo han venido ocasionando quienes, teniendo la responsabilidad y la capacidad de frenar estos hechos, no lo han hecho, ya sea por omisión, por negligencia o incluso por colusión.

Dice la secretaria de Educación que ella no se puede imaginar que alguien les falte al respeto a los niños, y que pudo tratarse de una broma de mal gusto. Se nota que la funcionaria no vive en esta ciudad, en donde menores de edad, infantes y hasta bebés han sido masacrados. Quien no perdona la burla es ella con sus comentarios, que seguramente no serán del agrado de tantos padres de familia que han perdido a sus hijos de violenta manera.

Tiene toda la razón Hernán Ortiz, antropólogo e investigador de la UACJ, quien le respondió a Chacón Monárrez que no se debe culpar a los medios del terrorismo que desde hace tiempo padecemos, sino a la incompetencia que han demostrado los gobiernos, en lo cual coincide con nuestros comentarios vertidos párrafos atrás.

"Quiero decirle a los medios, con todo respeto, que no nos convirtamos en copartícipes de esto, ya que el terrorismo psicológico se logra a través de la comunicación", dijo la funcionaria.

¿Qué es lo que nos quiere decir con lo anterior? ¿Que dejemos de publicar? ¿O que sólo divulguemos noticias "buenas" o "positivas", como en otras ocasiones se ha polemizado al respecto? Los medios recogemos y publicamos todo lo que acontece en la ciudad, ya será el lector el que le dé la connotación de "bueno" o "malo" a lo que lee, escucha o ve.

En todo caso, es la secretaria de Educación la que tiene la gran responsabilidad de que los niños que en estos momentos se estén educando, salgan con una mentalidad bien formada para que no sean los delincuentes del mañana.

Es una cortina de humo lo que ha levantado Chacón Monárrez, para esconder la incapacidad de autoridades que no han hecho bien su labor.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Declaración de Independencia de México

ACTA SOLEMNE DE LA DECLARACION DE LA INDEPENDENCIA DE LA AMERICA SEPTENTRIONAL

El Congreso de Anáhuac, legítimamente instalado en la ciudad de Chilpancingo, de la América Septentrional, por las provincias de ella:

Declara solemnemente, a presencia del Señor Dios, árbitro moderador de los imperios y autor de la sociedad que los da y los quita, según los designios inescrutables de su providencia, que por las presentes circunstancias de la Europa ha recobrado el ejercido de su soberanía, usurpado; que, en tal concepto, queda rota para siempre jamás y disuelta la dependencia del trono español; que es árbitro para establecer las leyes que le convenga para el mejor arreglo y felicidad interior, para hacer la guerra y paz y establecer alianzas con los monarcas y repúblicas del antiguo continente no menos que para celebrar concordatos con el sumo pontífice romano, para el régimen de la Iglesia católica, apostólica y romana, y mandar embajadores y cónsules; que no profesa ni reconoce otra religión más que la católica, ni permitirá ni tolerará el uso público ni secreto de otra alguna; que protegerá con todo su poder y velará sobre la pureza de la fe y de sus dogmas y conservación de los cuerpos regulares; declara por reo de alta traición a todo el que se oponga directa o indirectamente a su independencia, ya sea protegiendo a los europeos opresores, de obra, palabra o por escrito, ya negándose a contribuir con los gastos, subsidios y pensiones para continuar la guerra hasta que su independencia sea reconocida por las naciones extranjeras; reservándose al Congreso presentar a ellas por medio de una nota ministerial, que circulará por todos los gabinetes, el manifiesto de sus quejas y justicia de esta resolución, reconocida ya por la Europa misma.

Dado en el Palacio Nacional de Chilpancingo, a 6 días del mes de noviembre de 1813.

Lic. Andrés Quintana, vicepresidente. Lic. Ignacio Rayón. Lic. José Manuel de Herrera. Lic. Carlos María de Bustamante. Dr. José Sixto Berdusco. José María Liceaga. Lic. Cornelio Ortiz de Zárate, secretario.

En la Imprenta Nacional del Sur.

Fuentes:

Documentos de la guerra de independencia, Biblioteca enciclopédica popular, 74, Secretaría de Educación Pública, México, 1945, pp. 59-60.

Documentos Históricos Constitucionales de las Fuerzas Armadas Mexicanas. Senado de la República. México, Primera edición, 1965. Cuatro Tomos. Tomo I. p. 47.

De la crisis del modelo borbónico al establecimiento de la República Federal. Gloria Villegas Moreno y Miguel Angel Porrúa Venero (Coordinadores) Margarita Moreno Bonett. Enciclopedia Parlamentaria de México, del Instituto de Investigaciones Legislativas de la Cámara de Diputados, LVI Legislatura. México. Primera edición, 1997. Serie III. Documentos. Volumen I. Leyes y documentos constitutivos de la Nación mexicana. Tomo I. p. 157.



¡Felicidades, México!

lunes, 13 de septiembre de 2010

Bogotá y Monterrey por Juan Ciudadano

Tomado de ElNorte.com

Dos encuentros de los últimos días en Monterrey son parte importante del diálogo entre los poderes públicos y los líderes de una comunidad particularmente afectada por la ola de violencia que vive el País.

Primero la plática de Luis Jorge Garay, investigador que ha estudiado el fenómeno de la violencia en Colombia -y ahora en México- desde el análisis de las redes sociales de las bandas de narcotraficantes con el poder político y el empresariado.

Su postura es que hay mucho que aprender de Colombia; de los aciertos, pero sobre todo desde los errores de autoridades y una sociedad en un país que todavía está afectado por altos índices de criminalidad.

Las lecciones de las que habla el doctor Garay se pueden sintetizar en cinco.

Primera: cuidado con el uso de la fuerza privada. La fuerza privada no tiene lealtades: a la larga estará a la venta del mejor postor, ése es el origen del narcoparamilitarismo colombiano.

Segunda lección: el combate al crimen organizado no puede estar sólo -ni primordialmente- en manos del Ejército. No se le puede sacar la vuelta a la necesidad de fortalecer a las fuerzas policiacas.

Tercera lección: la separación de poderes y el fortalecimiento del sistema de justicia es indispensable para restablecer la paz. Ésta es una lección que nos ha costado mucho entender en México.

Es cierto que implementar a fondo la reforma de justicia en México no le quita hoy el sueño al crimen organizado.

Pero al mismo tiempo, será imposible restablecer el orden en un País en el que la violencia ya rebasa con mucho a los grandes cárteles del narcotráfico.

La reforma al sistema de justicia en México es, a final de cuentas, una apuesta por establecer el Estado de Derecho empezando por lo que más nos importa a los ciudadanos: la seguridad física.

Cuarta lección: la sociedad civil tiene que entrarle al combate al crimen organizado de dos maneras, no dejando la política sólo en manos de los políticos y promoviendo el espíritu cívico. Parte de este espíritu cívico es una sociedad que exige transparencia y rendición de cuentas por parte de las autoridades.

Quinta lección: una situación como la que vive Colombia (o México) no se resuelve de la noche a la mañana. Los promotores de las soluciones inmediatas terminan siendo más parte del problema que de la solución.

El segundo evento reciente en Monterrey en el que se continúa el diálogo encaminado a encontrar soluciones para la espiral de violencia que vive el País es la reunión del Presidente Felipe Calderón con empresarios y líderes de organizaciones sociales el jueves pasado.

No es fácil leer al Presidente Calderón cuando habla del proceso de implementación de la reforma de justicia. Su discurso es algo así como "sí quiero, pero -por ahora- no debo".

Sin embargo, hay un punto en el que el Presidente tiene razón: para que los estados tengan éxito en la implementación de la reforma de justicia, el primer paso es refundar al Ministerio Público, darle capacidad de investigación y, por lo tanto, capacidad de defender sus casos frente a un juez.

"Con el sistema actual, o con el sistema de oralidad, si no tenemos ministerios públicos que sean capaces de articular casos sólidos ante los jueces, de nada sirve (...) la reforma porque no se genera una derrota a la impunidad", dijo Calderón.

Tomémosle la palabra al Presidente, e iniciemos con reformar a fondo al Ministerio Público. Pero empecemos ya a cambiar las prácticas -no sólo los códigos- de las instituciones de justicia mexicanas.

sábado, 11 de septiembre de 2010

La culpa es de todos por Jaime Leal

Tomado de ElNorte.com
Opinión Invitada
11 Sep. 10

Jaime Leal G.



Desde hace meses la sociedad regiomontana vive una psicosis colectiva que gracias a un egoísta estilo de vida y a una división social altamente polarizada ha venido a convertirse en una especie de profecía autocumplida, que parece que sigue contándose y a la vez cumpliéndose en una versión cada vez más y más trágica.

Como sociedad, hemos recorrido todas las fases del proceso de pérdida, desde la negación con aquellas declaraciones de políticos y empresarios que afirmaban con vehemencia "aquí no pasa nada" o bien "son hechos aislados", hasta la ira y el dolor que se hacen cada vez más evidentes entre los habitantes de una ciudad cada vez más ansiosa y temerosa de ser la próxima víctima de una delincuencia mejor organizada que nuestra Policía.

Si bien es cierto que todos sabemos que vivimos tiempos difíciles, también es cierto que la charla de café, las pláticas del trabajo, las redes sociales y el ya famoso "le pasó a un amigo de mi amigo" han venido a multiplicar el impacto psicológico de lo que enfrentamos, pues de alguna forma y al menos en nuestras fantasías negativas, todos hemos sido víctimas de la delincuencia, el mal gobierno y hasta del huracán "Alex", aunque no nos haya tocado ningún bloqueo y ni una sola gotera en nuestras casas.

Todos estamos psicológicamente ligados al duro momento que nuestro Estado enfrenta, sin embargo, también somos todos como sociedad responsables de cómo retroalimentamos a la misma para hacer frente a dicho problema.

La mayoría de nosotros sólo hablamos de tragedias y más tragedias, en su modalidad de secuestro, bloqueo, balacera o mal gobierno, y aunque demandamos soluciones, lo mejor que se nos ocurre proponer es que renuncie el Gobernador o el Alcalde o el Presidente, como si esto fuese a solucionar algo. Retroalimentación positiva, señores, eso es lo que requerimos: propuestas. ¡Cómo sí! en vez de ¡por qué no!

Desgraciadamente nos enfrascamos en contar lo que le pasó a "fulanito o manganito" inyectando más y más miedo que resulta en situaciones tristes como la ocurrida en la Carretera a Laredo, en que una familia presuntamente ignoró una orden de alto del Ejército y terminó baleada en su "huida".

Me atrevo a decir que los integrantes de esa familia no sólo murieron a manos del Ejército, sino que también murieron a manos de una sociedad inmadura que termina multiplicando una y otra vez las historias de terror que se ven en las noticias o, peor aún, que se escuchan en charlas de café, convirtiendo a todos en potenciales víctimas de una ansiedad generalizada que te hace huir en estampida al ver cualquier uniforme; una sociedad que cuenta una y otra vez -corregidas y aumentadas- historias de terror que ni siquiera se sabe si son ciertas, en un miedo que lleva al miedo y pánico que genera este tipo de tragedias.

Te invito, estimado lector, a que colabores para cambiar esta inercia. ¿Cómo? Evitando que la violencia e inseguridad sea el centro de mesa en tu comida, compartiendo también las cosas buenas que te han sucedido a ti y no sólo las malas que le pasaron a otras personas, tomando los mensajes de las redes sociales en su justa dimensión (son en su mayoría fuentes no oficiales de información) y sobre todo informándonos sólo por medios de comunicación serios.

Una buena forma de romper la inercia fatalista en tu familia es la de compartir algo bueno que te haya sucedido en la semana, algún proyecto que piensas llevar a cabo, o bien alguna fecha especial que se aproxima; pídele a tus familiares que te compartan sus buenas noticias y notarás cómo cambia el ambiente y el estado de ánimo. Comparte esperanza de cambio y no posibilidades trágicas.

Seamos responsables al no inyectar más miedo y, por consecuencia, frenar más tragedias.


El autor es psicólogo y coach de vida. jaime@leal.com.mx

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Un México invisible, por Manuel Arango

Tomado de El Norte.com Manuel Arango A.


Hay un México que todos los días vemos y que no quisiéramos ver. Un México violentado por el narcotráfico y el crimen organizado. Un México cuyos representantes en el Congreso se preocupan prioritariamente por atender los intereses de sus partidos, ignorando las necesidades y reclamos ciudadanos.

Un México dividido por partidos que utilizan fondos públicos para comprar votos, haciendo promesas de cambios que nunca se cumplen. Un México de poderes fácticos que custodian intereses de grupo e impiden cambios necesarios para el progreso y crecimiento del País. Un México donde la ilegalidad, la corrupción y la impunidad restan credibilidad a las instituciones que nos gobiernan y que a toda costa debemos defender, pues por imperfectas que sean, son la base de nuestra incipiente democracia. Un México violento y criminal profusamente difundido y resaltado por los medios en búsqueda de "ratings", pero que indirectamente incrementa el impacto del terror en beneficio de los grupos criminales. Un México de pobreza, golpeado por desastres naturales que destruyen viviendas precarias y provocan enormes tragedias y sufrimiento entre la población. Un México cuya economía no crece al ritmo necesario para dar empleo a millones de jóvenes frustrados ante la falta de oportunidad.

Ese México inseguro, violento, trágico, dividido, corrupto y cínico no es, sin embargo, el México al que pertenece la gran mayoría de los mexicanos. Esos millones que diariamente acuden a sus trabajos soportando bloqueos y marchas que con frecuencia paralizan las principales ciudades. No es el México que lucha por superarse y sacar adelante a su familia, haciendo enormes sacrificios y esfuerzos para lograrlo. Ese México no es el México de padres y madres que por las mañanas llevan a sus hijos a las escuelas para que estudien y puedan alcanzar mejores oportunidades que las que ellos tuvieron. Ese México no es el México de millones de ciudadanos que a pesar de amenazas y decepciones políticas acuden a las urnas y con un espíritu democrático y pacífico participan con su voto para construir el país del futuro. No es tampoco el México de una creciente sociedad civil organizada que voluntariamente aporta recursos, tiempo y talento para ayudar a los más necesitados y combatir todo aquello que impide o retrasa la justicia, la equidad y la democracia plena.

No es el México de auténticos emprendedores que, arriesgando capital, forman grandes y pequeños negocios que crean empleo y brindan bienes y servicios necesarios para el desarrollo y crecimiento del País. No es el México de competentes profesionistas, académicos, campesinos, alumnos, amas de casa y servidores públicos que laboran con ahínco y respeto a las leyes. Tampoco es el México institucional custodiado con disciplina e imparcialidad por nuestras respetadas fuerzas armadas. Menos aún es el México histórico de rica cultura y antiguos monumentos que atestiguan la grandeza de nuestro pasado.

Éste es el México que no se refleja o destaca en los medios y en la política, pero que existe. El México que no vemos ni oímos porque su trabajo callado y comprometido no busca la luz pública ni alcanzar el poder, sino sólo mejorar sus condiciones y calidad de vida. Éste es el México invisible que cultiva el campo, ocupa las aulas, los hospitales, los comercios, las fábricas, los hoteles, las universidades, las oficinas, los cuarteles, los hogares, las guarderías y todos aquellos espacios donde se forja día a día el México auténtico, trabajador, comprometido y generoso.

Éste es el México silencioso que no oímos y tampoco vemos porque no es noticia de impacto en los medios de comunicación. Sin embargo, éste es el México profundo de fuertes raíces, de color, música, arte y tradiciones. El México soñador, joven, recio, optimista, pujante, creativo, alegre y emprendedor. Un México de variados climas rodeado de grandes mares, costas, islas y la más diversa naturaleza. El México que no se doblega ante la adversidad y con fortaleza sigue siempre adelante.

Éste es el México que todos queremos vivir y que juntos con esfuerzo y compromiso estamos logrando, más allá de intereses mezquinos encumbrados en su lucha por el poder con visión de corto plazo. Podemos ser optimistas, ese México invisible es el verdadero México, el México que crece y se desarrolla calladamente guiado por principios y valores, y el que va a perdurar por encima de todo.

Debemos continuar en la lucha productiva, formando buenos ciudadanos, cada uno haciendo su mejor esfuerzo y con responsabilidad ayudando a construir un mejor país para nuestros hijos y futuras generaciones. Un país en el que existan la justicia, la seguridad y la oportunidad para todos, sin pobreza y sufrimiento innecesarios. Seamos exigentes con nuestra forma de vida, pero también con la de aquellos que gobiernan o intenten gobernar anteponiendo ambiciones personales o intereses de grupo.

Con esa verdad y confianza podemos con optimismo celebrar y volver a gritar: ¡Viva México!


El autor es presidente honorario vitalicio del Centro Mexicano para la Filantropía.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Una voz menos

Hace un par de días perdimos una voz crítica que hacia posible la reflexión, la demanda al gobierno, la organización de la sociedad, el diálogo y la risa. Nunca como ahora nos hace falta su voz, que nos hacía retomar la alegría de vivir.

Procuremos ahora tener un México barrido y trapeado, y no abrirle a nadie, como nos lo pidió tantas veces. Ahora necesitamos más voces que conjugen el ingenio, la poesía y acción cívica.

Adiós, Germán Dehesa. Se te va a extrañar.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Falta de verguenza

Me sorprende ver las fotos de la captura de La Barbie (me pregunto, de entrada, como pudo dejar que le pusieran ese apodo). Lo veo sonriente, fresco. Es que sabe que va a salir pronto? Es que le da gusto recibir publicidad gratuita? Leo en una nota que incluso filmo una pelicula, ya que desea ser recordado.

Me queda claro que atras de cada accion que realizamos esta la satisfaccion de un deseo y me pregunto, es tanto el deseo de ser visto y escuchado, que pagas una pelicula, incluso cuando lo que haces es vender drogas? No podremos enseniarle a nuestros hijos que hay otras formas de actuar?

domingo, 29 de agosto de 2010

Comunicacion no violenta

Todos los dias hablamos de violencia y hablamos con violencia. Hoy, mientras pensaba sobre el tema del que queria postear, me di cuenta que ya me parecia bastante violencia la que habia en la calle, para agregar la violencia que percibimos. Y para remarcar el sentido de mis pensamientos, llego un tema interesante, mediante un curso al que asisto. El tema de esta noche fue sobre la comunicacion no violenta.

Recuerdo que en el libro de Dale Carnegie, Como ganar amigos e influir sobre las personas, se habla sobre la importancia de ganar una discusion y la unica forma de hacerlo: evitarla. Siendo yo una persona que adoraba ganar cada discusion, sin importar el tema o tamanio, me costo mucho trabajo entenderlo. Finalmente decidi elegir mis batallas y eso me ayudo a disminuir el nivel de estres en el que vivia.

Luego vinieron libros y autores con sugerencias mas pacificas que me ayudaron a entender el papel que el ego juega en todo esto. Y termine por entender que cuando algo me molesta, esta en mi la posibilidad de interpretarlo de diferente forma.

Hoy descubri que el principio de la comunicacion de la no violencia es el mismo. El autor dice que puedes estar en lo correcto o ser feliz. Me parece que como dice Carnegie, podemos morir luchando por hacer de este un lugar menos violento, pero lamentablemente me parece que no podemos ganar sobre la violencia, con mas violencia. Evidentemente, tendremos que hacer las cosas de una forma diferente para poder salir de este atolladero, en el que ya estamos hundidos hasta el cuello.

Asi que, que te parece darte una vuelta por el sitio del Centro para la comunicacion no violenta? De acuerdo a este sitio (http://www.cnvc.com/) la Comunicación NoViolenta (CNV) está basada en principios de no violencia -- el estado natural de compasión cuando no hay violencia presente en el corazón.


NVC empieza asumiendo que todos sentimos compasión por naturaleza y que las estrategias violentas -- ya sean éstas físicas o verbales -- son conductas aprendidas que la cultura prevaleciente enseña y sostiene. CNV también asume que todos compartimos las mismas necesidades humanas básicas, y que cada una de nuestras acciones son estrategias para satisfacer dichas necesidades.
 
Esta claro que para alcanzar este estado de no violencia, tendremos que cambiar la forma en la que hablamos y en la que pensamos, lo que por consecuencia tendra un impacto positivo en nuestro entorno. Te deseo el mejor de los viajes hacia la no violencia.

jueves, 26 de agosto de 2010

Mexico amenazado

Maniatado. Ultrajado. Asesinado. Con las vidas de 72 migrantes se mueren nuestras pocas esperanzas de ver a México como era antes. 

La desesperanza no viene de ver al gobierno impotente ante el crimen, este sí, organizado y poderoso. La desesperanza para mí llega al ver que esos 72 migrantes murieron al pasar por mi país, porque se negaron a convertirse en sicarios, a pesar del sueldo que los criminales les ofrecieron.

Esas 72 caras sin nombres, esos desterrados aceptaron morir. Respetaron la vida humana más que mis hermanos mexicanos.

No sé si hay una vida más allá de ésta, pero si la hay, estoy segura que ellos se han ganado una vida mejor. 

miércoles, 25 de agosto de 2010

Escucharnos

Una de las cosas más valiosas que podemos hacer para sanarnos uno al otro, es escuchar mutuamente nuestras historias. - Rebeca Falls

Quimioterapia social

Tenemos cáncer. Hace años aparecieron en nuestro país unas células dañinas. Comenzaron aprovechándose de nuestra hospitalidad, candor y confianza en las demás personas. Vieron que podían hacer y tomar lo que quisieran sin consecuencias. Se reprodujeron discretamente. Un acto de violencia por aquí y un abuso por allá. Empezaron a corromper nuestra sociedad, a hacer parecer "normal" lo que en cualquier país es una clara violación a los derechos humanos o a la propiedad privada.


Lamentablemente la causa de este cáncer está tan enraizada en nuestra sociedad, que difícilmente lo distinguimos hasta que es demasiado tarde. Este cáncer lo creamos tú y yo. Nuestros padres, nuestros abuelos y nuestros bisabuelos. Cada una de nuestras actitudes clasistas, racistas, sexistas, hizo más amplia la brecha entre tú y yo. El otro se fue haciendo tan diferente de nosotros que era claro y evidente que no somos iguales. Que no tenemos los mismos derechos ni las mismas obligaciones. Que no tenemos el mismo futuro. Hemos despersonalizado tanto al otro, que el otro ha hecho lo mismo. Ha matado impunemente no solo porque lo hemos dejado, sino porque lo hemos hecho olvidar que todos somos seres humanos y que la Vida (en mayúsculas) merece respeto.

Me parece que al igual que con el cáncer, necesitamos dos tipos de tratamientos. Urge una quimioterapia social, que nos permita acabar con "el mal" a corto plazo; que elimine esas células cancerígenas que ya existen y que se han robado nuestra tranquilidad. Pero también urge un cambio de forma de vida: tenemos que diseñar un país donde quepamos todos: hombres y mujeres, niños, ancianos, jóvenes y adultos, heterosexuales y homosexuales, católicos, judios, ateos, protestantes y de cualquier otra denominación, blancos, morenos, indígenas, de cualquier raza que se haya decidido a asentar en nuestro país.

Urge que entendamos que México somos todos y todo. Siete millones de jóvenes no estudian ni trabajan. Muchos de ellos tendrán hijos que difícilmente podrán mantener. No tardarán en llegar a la calle y exigir un poco de tu bienestar.

martes, 24 de agosto de 2010

La paz

Hoy los periódicos traen, como siempre, notas tristes y violentas, aderezadas con el título de Miss Universo y las discusiones de si el PRI debe obligar al Presidente a rendir el Informe.

Todos decimos que la paz es lo que más nos importa, pero en la práctica, hemos visto que nos importa más (y a lo que le dedicamos más tiempo) es un partido de futbol, un desquite político, una salida en la tarde con los amigos, o simplemente, hacer quedar mal al contrario en una discusión. Hasta que no dediquemos toda nuestra energía y tiempo disponible, no podremos afirmar que la paz es lo prioritario para nosotros.

La paz no es algo que sucede mientras no haya guerra. Es algo en lo que tenemos concientemente que trabajar.

lunes, 23 de agosto de 2010

La riqueza de México

La riqueza de México está en nosotros. Sí, tenemos un país vasto, con una gran variedad de plantas, animales y minerales que han sido explotados durante siglos. Lamentablemente, seguimos planeando nuestro futuro en la administración de estos recursos, olvidando que lo más valioso que tenemos es la riqueza de nuestra gente. Y no hablo por hablar con el típico cuento paternalista. Realmente, la riqueza intelectual de la gente es muy valiosa. El conocimiento genera riqueza y México en particular, está lleno de gente muy creativa.

Los mexicanos podemos y debemos generar riqueza mediante nuevo conocimiento. La capacidad de integrar a la mejor gente al mercado laborar y capitalizar sus ideas, es lo que hará de México un país más grande. Como dice Juan Enríquez "El futuro pertenece a las pequeñas poblaciones que hacen de la mente un imperio, y que ignoran la tentación  - o no tienen la opción - de explotar sus recursos naturales."

sábado, 21 de agosto de 2010

Estrategias de Acero para combatir el crimen

Articulo de tomado de El Periodico de Guatemala: http://www.elperiodico.com.gt/es/20090823/pais/111183


Sus propuestas han transformado ciudades como Bogotá, Colombia, donde la tasa de homicidios era de 80 por cada 100 mil habitantes –en Guatemala, área metropolitana, es de 86– y la bajó a 22.


El colombiano Hugo Acero Velásquez, 48 años, explica con metáforas y estrategias cómo devolver la ciudad a sus habitantes. ¿Cómo?, fácil, dice: “Cada quien hace lo que le corresponde y me lo hace bien”.
 
“Sociólogo con experiencia en manejo y gestión de temas de convivencia, seguridad ciudadana y nacional, manejo de crisis y terrorismo”. Posee un currículum que promete arreglar ciudades peligrosas.


– (Ríe) Yo no prometo nada, ni a mi esposa.

Que hablen los resultados: en Bogotá redujo de 86 a 22 homicidios por cada 100 mil habitantes, ¿qué propuso allí?

– Lo primero fue reconocer que teníamos un problema, y uno muy grave. Si lo ponemos en términos de alguien con una enfermedad terminal, un cáncer, digamos, la primera reacción es negar la existencia de la enfermedad. La gente solía decir “aquí no pasa nada”, “hay países peores”, “esto siempre ha sido así”, “los periodistas exageran, hacen de un muerto un drama”.

Muchas disculpas para no hacer nada. Lo segundo fue voluntad política.

¿Quién convocó, quién mostró esa voluntad política?

– Fue una decisión del Alcalde quien convocó a todas las instituciones a trabajar en 1995, yo entonces era el Secretario de Seguridad de Bogotá. El Presidente es el responsable directo de la seguridad, pero la Constitución establece que los alcaldes y gobernadores, ambos elegidos popularmente, también. La Policía obedece las órdenes que ellos imparten.

Pero, además se publicaron decretos presidenciales para establecer los Concejos Municipales de Seguridad donde participan el Comandante de la Policía del municipio, el Ministerio Público, el Comandante del Ejército (se invita al jefe de la base militar del sector, recuerden que tenemos un conflicto armado), el Director de Inteligencia y Medicina Legal porque manejan cifras de muertes violentas (homicidios y accidentes de tránsito). También se invitó a sectores importantes como los gremios económicos, en el caso colombiano, al Presidente de la Cámara de Comercio.

¿Cómo aseguraron la asistencia en cada sesión?, suele ocurrir que después de la tercera el interés decae.

– Es una citación mensual obligatoria e indelegable. Se creó otra ley que estableció la asistencia obligatoria al Concejo; los alcaldes, por ejemplo, evalúan cada año al Comandante de la Policía y envían su reporte a la Presidencia de la República, a la dirección de la Policía y se adjunta a la hoja de vida de cada comandante. El Alcalde, incluso, puede motivar el cambio de comandante de la Policía.

¿Y ha ocurrido?

– Sí. En 1991 sólo 17 de cada 100 personas creían en la Policía, hoy 74 de cada 100 colombianos creen en la Policía. Tocó renovarla, más de 22 mil policías, de 97 mil, se fueron por problemas de corrupción.

Con todos esos instrumentos y liderados por el Alcalde, trabajamos. ¿Cómo se conforma una selección colombiana de fútbol?, con jugadores de equipos que se han enfrentado toda la vida, y esa fue la idea. En equipo vimos el problema: 86 homicidios por cada 100 mil habitantes, Bogotá tiene 2 mil 600 barrios, en 92 de estos ocurría el 75 por ciento de los hechos violentos.

¿Qué tipo de violencia?

– Allí se infringía todo el Código Penal: lesiones personales, homicidios, hurtos con armas de fuego, robo de carros, de motos, abuso sexual. Dividimos esos barrios en 18 zonas y nos dimos cuenta que el problema no es sólo de policías, jueces y cárcel, encontramos desorden urbano:  niños sin escuelas, basura, espacios públicos deteriorados, sin parques y los pocos abandonados, por las noches las calles no estaban lo suficientemente iluminadas.

¿Tú crees que la Policía ilumina? No, como tampoco el sector justicia da educación ni arregla parques ni recoge la basura ni cierra terrenos donde violan a personas o consumen drogas. ¡Ah, no…! Aquí tenemos que intervenir integralmente el territorio y empezamos en dos áreas específicas, de un lado seguridad y justicia que hacía Inteligencia e Investigación Criminal para detectar bandas de criminales y la lógica del negocio criminal. Y por el otro la parte social donde invitamos al sector Educación, Salud, Recreación y Deportes, Cultura y Servicios públicos (agua, energía y teléfonos).

Les dijimos: “Cada institución desde la función que le corresponde sobre esos 18 sectores me hace un diagnóstico y me dice cuántas escuelas hay, en qué condiciones están, cuántos profesores hacen falta y qué van a hacer. Me dicen cuántos parques hay, cuántos van arreglar y cuántos van a construir. La gente de energía me dice cuál es la situación y cuándo le va a dar mantenimiento para que todo esté completamente iluminado. Los de limpieza cuándo dejarán libre de basura este territorio”. Así, cada quien hace lo que le corresponde.

¿Así nada más les nació la conciencia a todos?

– No es conciencia, es lo que tienen qué hacer. No le estaba pidiendo a la empresa eléctrica que me ayudara a socializar indigentes, le dije “ilumine, es su tarea”. Tampoco le pedí a la empresa de limpieza que se vuelva vigilante si no que recoja la basura. “Cada quien hace lo que le corresponde y me lo hace bien”.

Se puede tener la mejor estrategia y al mejor equipo, pero si no hay respuesta de la población no funciona. ¿Cómo respondieron?

– Soy de los que cree que primero hay que organizar la casa, yo como Estado no puedo ir a decirle a la gente que participe si no estoy organizado. Primero ordeno para luego hacer un ofrecimiento a la comunidad.

-Es decir, quitó la sensación de ausencia del Estado.

– ¿Sabes qué decían algunos alcaldes?, “es que hay ausencia del Estado”. ¡Señor alcalde, pero si usted es el representante del Estado! Después de ordenar, intervenimos inicialmente dos zonas.

¿Intervenir?

– Sí, intervenir, pero a la gente le decíamos “venimos a trabajar” en esos barrios controlados por los delincuentes. El grupo de seguridad y justicia hacía análisis sobre los grupos criminales que existían en el sector, determinaban “mire, en ese sector operan 4 bandas, una es la de El Morro, la conforman 17 individuos, la dirige alias El Mocho”. Grabamos este video, tenemos estas fotos, él roba en este sector, vende droga en esta casa”. Descubrimos la cadena entre lo que se robaban, a quién se lo entregaban, quién lo compraba y quién lo vendía; un trabajo de 6 meses.

Se llenaron expedientes y los jueces nos autorizaron para grabar.

Las intervenciones no eran indiscriminadas, con nosotros fue selectivo, al entrar sabíamos a qué delincuente detener, “yo vengo por usted, señor, los demás pueden seguir bailando. Y me lo llevo porque está robando y aquí están las fotos y el video que lo prueban”.

A veces nos desencantamos porque queremos resultados inmediatos, ¿cuánto tiempo les tomó a ustedes bajar el número de homicidios?

– Comenzó en 1995 y en 10 años logramos en Bogotá bajar de 86 a 22 homicidios por cada 100 mil habitantes. No fue fácil, tuvimos fracasos, amenazas. En una de las intervenciones a una casa de estas zonas nos advirtieron “si intervienen hay guerra”. Iba un juez porque era con orden judicial, no era que tumbáramos por tumbar, todo estuvo sustentado en términos de Estado. “Si entran los matan”, ¿qué haces tú?, ¡pare, pare, pare! No podíamos exponer a las 80 personas que estaban allí. No es fácil, pero en la mayoría de procesos tuvimos éxito porque todo estaba planeado, no era que recuperemos este sector y metemos 600 policías, detienen a 350 personas, los presentan a los medios y a los 2 meses sólo hay 2 detenidos. O ninguno.

En Colombia el Alcalde tiene incidencia sobre instituciones estatales, en Guatemala no tienen esa facultad.

– En Ecuador al igual que en Guatemala los alcaldes no tienen responsabilidad en ese tema y pudimos hacer cosas interesantes. Trabajé con alcaldes poseedores de un liderazgo espectacular, como Jaime Nebot, 80 por ciento de popularidad, en Guayaquil, o Paco Moncayo, 65 por ciento de popularidad en Quito. Cuando se tiene popularidad hay que gastarla, con ambos la estrategia fue desarrollar impacto. Jaime Nebot citó a los medios de comunicación: “Señores, los he invitado para transmitirle un mensaje a la ciudadanía, quiero decirle que yo no tengo responsabilidad en materia de seguridad, pero me preocupa como alcalde lo que le suceda a mis ciudadanos, me preocupa lo que está sucediendo en Guayaquil, no puede seguir tan insegura.

Por eso yo, Jaime Nebot, alcalde, ante los medios y la ciudadanía convoco a la Policía Nacional, a la Corte Suprema de Justicia, a los jueces, al Director de Presidios del departamento…”, bueno, convocó a todas las instituciones para que trabajaran en equipo por la seguridad.

No cabildeó, comprometió a todos públicamente.

– Impactó, y en ocho días se firmó un pacto. Cada mes se realizaba una reunión cerrada y luego una rueda de prensa, y cada uno salía a decir qué había hecho para mejorar la seguridad.

El común denominador de estas experiencias es que hay un líder, ¿tiene que ser el alcalde?

– El Presidente o los alcaldes, pero sin líder esto no funciona. En el caso de Bogotá en 1997 se formó “Bogotá cómo vamos”, que agrupa a todos los gremios (industria, comercio y turismo) junto al diario más importante, El Tiempo, y la Fundación Corona. Conformaron un equipo independiente de expertos en seguridad, yo los llamo grupos de presión, y ellos nos obligaban a presentar resultados públicamente cada seis meses, ellos nos evaluaron.

Es trillado, pero en Guatemala la guerra nos dejó sin líderes.

– En los años ochenta nos mataron jueces, fiscales, tuvimos el narcoterrorismo más fuerte, nadie salía a un centro comercial porque ponían bombas. ¿Cómo vamos a salir de esto? Nos mataron a tres candidatos presidenciales y hasta entonces la juventud se movió y promovió una reforma importante en la Constitución, una más democrática, el presidente Cesar Gaviria reformó la Policía en forma radical. Se dan procesos, no hay una fórmula para crear líderes, pero sin ellos es muy difícil hacerlo.

Lo escucho hablar y me viene a la mente el ex alcalde de Nueva York, Rudolf Giuliani, y su cruzada contra la delincuencia.

– (Ríe) Ya alguien me llamó El Giuliani de los pobres... ojalá llegara a ser alcalde y trabajara este tema. Hay diferencias con Giuliani y es que su estrategia fue más represiva y xenofóbica contra negros y latinos, así logró limpiar Nueva York. El modelo que nosotros seguimos es más integral, mucho desarrollo social, prevención. La formación de ambos es también distinta, Giuliani es abogado penalista, yo soy sociólogo.

¿Cómo un sociólogo termina asesorando alcaldes de ciudades peligrosas?

– A mediados de los ochenta aparecieron unos “violentólogos”, expertos en violencia, en 1995 publicaron el primer libro Colombia, vivencia y democracia. Muchos estudiantes en ese momento nos entusiasmamos y terminé haciendo estudios sobre colonización y violencia en zonas de paramilitares y guerrilla.

En los barrios más inseguros, más terribles, el 99 por ciento de la gente que los habita es gente buena, trabajadora, intimidada por grupos pequeños que se convierten en modelos para niños y niñas y se reproduce. Desde el punto de vista de un sociólogo lo que se necesita es una transformación cultural y no sólo “metamos a todos presos”.

viernes, 20 de agosto de 2010

Armonía

"Debemos aprender a vivir todos juntos, como hermanos, o pereceremos todos juntos, como idiotas".

-Martin Luther King

jueves, 19 de agosto de 2010

¿Celebrar o Recordar?

Tomado de bicentenario.gob.mx

Circulan por la red varios mensajes referentes al silencio que debe sentirse este dia del Grito. Siento ambivalencia por este pedido. Coincido en que es dificil tener un ánimo festivo en estos momentos pero me parece que ya hemos guardado mucho silencio.  ¿Queremos un cambio? Entonces ya es hora (¡por fin!) de ponernos las pilas y empezar a chingar sistemáticamente.

No bastan amenazas en facebook o twitter o por correo electrónico dirigidas al vacío del internet; dudo que les haga a los señores diputados, senadores o gobernantes algo más que cosquillas.  ¿Por qué no tomas el teléfono, fax o  computadora y contactas a quienes te representan? Háblales, explícales, demándales, únete a los demás esfuerzos, pero por favor, ¡haz algo!

¿Cuál fué la última participación cívica que tuviste además de las elecciones? El gobierno necesita saber que ya estás harto y que estás dispuesto a pelear cada decisión que tomen sin consultarte. Adopta a tu diputado y dale seguimiento. Únete a las organizaciones sociales y sé una piedra en el zapato en tu comunidad.

En cuanto al Bicentenario, es triste que hayamos tenido que esperar tantos años y aguantar tantos malos tratos para quejarnos, pero ya que estamos en el momento adecuado y que tal vez hayan medios de comunicación internacionales, aprovecha el día para expresarte.

No se trata de celebrar dos guerras que a nosotros no nos costaron. Se trata de recordar el espíritu revolucionario de quienes lo hicieron. ¿Y nosotros, qué hemos hecho? Lamentablemente parece que nada. En 100 años la calidad de vida ha mejorado, el acceso a la educación, a los recursos, a los medios de comunicación, etc. han incrementado y nosotros seguimos papando moscas. Me apena sinceramente recordar que hace 100 y 200 años, un puñado de hombres y mujeres, con mucho menos recursos de los que disponemos nosotros pudieron poner en vilo a dos países.

miércoles, 18 de agosto de 2010

¿Qué hacer ante tanta violencia?

Cada día los periódicos traen más y más notas deprimentes. Y no es para menos: México se está volviendo rápidamente uno de los países más peligrosos en Latinoamérica.
Imagen tomada de: asiuns.blogspot.com

Lo primero que debemos hacer para luchar contra tanta violencia es conocer a nuestro enemigo: ¿qué es la violencia, cuáles son los factores que influyen en un comportamiento violento, en dónde se presenta más comúnmente?

La violencia es el uso de la fuerza o poder, amenazado o real, contra uno mismo, otra persona, un grupo o comunidad, que resulta ya sea en daño físico, psicológico, privación, subdesarrollo o muerte, según la OMS; la violencia  tiene muchas caras. Se define en tres grandes categorías que a su vez incluyen diferentes tipos:
-Autoinducida: Suicidio, Autoabuso
-Interpersonal: Por parte de la familia y/o pareja así como de miembros de la comunidad (conocidos o extraños)
-Colectiva: Social, Política o Económica

La naturaleza de la violencia puede ser física, sexual, psicológica y de descuido o privación.

Nadie está ajeno a ella. ¿Cuántos casos no conocemos de niños maltratados o descuidados, de mujeres golpeadas o violadas por su pareja, de violencia en escuelas, centros de trabajo? A todo esto se suma ahora la violencia que se vive en las calles, donde ya nadie se siente seguro y todos han modificado sus hábitos para exponerse menos a dicha violencia. Lo que es claro es que una persona, víctima de la violencia, tendrá un impacto negativo en la comunidad, por lo tanto, la comunidad tiene un papel importante en la prevención y la atención de las víctimas.

Si hablamos de las que más nos preocupan recientemente:
La violencia interpersonal: los factores comunes de riesgo incluyen crecer en un hogar violento o deshecho, abuso de sustancias, aislamiento social, roles de género rígidos, pobreza y desigualdad social, así como características personales como poco autocontrol y baja autoestima.
La violencia colectiva: los factores que incrementan el riesgo de violencia colectiva son una falta de procesos democráticos y un acceso desigual al poder, desigualdad social marcada por una distribución poco equitativa de recursos, control de recursos naturales por un solo grupo y rápido crecimiento demográfico que aventaja la capacidad del gobierno para proveer servicios básicos y oportunidades de trabajo.

No podemos permanecer impasibles ante un problema que nos afecta a todos, y definitivamente no podemos esperar a que las autoridades hagan algo y sentarnos a criticar mientras tanto.  Si en algo puedes cooperar, si algo puedes donar (tiempo, dinero, bienes), todo es bienvenido. ¡Acércate a las diferentes instituciones que merezcan tu confianza y participa!

Prevenir la violencia puede lograrse con un esfuerzo conjunto. De nuevo, gracias a la OMS por sus recomendaciones.

En nuestras manos está el trabajo individual/familiar:
-Educación: particularmente para los jóvenes y las comunidades marginadas.
-Desarrollo social: prevención de la violencia escolar, ayuda para desarrollar habilidades sociales, manejo de la ira, solución de conflictos, moral.
-Programas terapéuticos para las víctimas de violencia.
-Tratamiento para abusadores
-Entrenamiento para padres
-Programas de mentores
-Terapia familiar
-Desarrollo de relaciones interpersonales

Por su parte, la comunidad (todos somos parte de la comunidad) puede hacer:
-Campañas de educación pública
-Mejoras al medio ambiente (seguridad, alumbrado)
-Actividades extracurriculares
-Capacitación de profesionales de seguridad, salud y educación
-Vigilancia comunitaria
-Programas de desarrollo social en instituciones
-Intervenciones comunitarias en conjunto con los diferentes sectores para mejorar los servicios y programas.

Juntos, la Sociedad y el Gobierno pueden:
-Crear y mejorar las leyes contra la violencia.
-Firmar tratados internacionales que exijan la prevención de la violencia.
-Reducir la pobreza y desigualdad social, incrementar el apoyo a las familias.
-Dedicar más esfuerzo a lograr el cambio social y normas culturales. Particularmente importante para reducir las prácticas dañinas de discriminación racial, social o sexual.
-Implementar programas de desarme.

Hoy te invito a que le des a México dos horas de tu tiempo por semana (lo mismo que tarda una película). Una hora para mejorarte a ti mismo y una hora para ayudar a mejorar a los demás. Haz algo tangible y compártelo con tus conocidos.

martes, 17 de agosto de 2010

Educación

La principal herramienta para la vida que aprendemos en casa. Pareciera que todos tenemos derecho a ella, pero no hay nada más lejos de la realidad.

Pocas personas en nuestro país tienen acceso a una verdadera educación, aunque muchas de ellas tienen acceso a la enseñanza escolar (en el 2000, 48% Hombres y 44% Mujeres mayores de 15 años, con secundaria o estudios técnicos, de acuerdo al censo del INEGI), que lamentablemente está limitada en muchos casos a repetir datos sin sentido. Uno de los pilares de la sociedad es la educación, sin embargo, la dejamos en manos de la televisión, la sirvienta (según el nivel social) y los maestros, que en muchos de los casos están desmotivados y/o mal pagados. La intervención de la familia en la formación de los hijos es cada vez menor.

Y luego nos sorprendemos por que no hay gente educada. Es claro que la educación no es nuestro principal recurso cuando pocas mujeres tienen acceso a ella. Incluso en familias de clase media, es común que no se desee invertir en su educación.

La televisión, aunque es un gran entretenimiento y pudiera ser usado con fines educactivos está limitada por la programación basura que existe en casi todos los canales (los niños mexicanos ven en promedio 2 horas diarias de televisión, según "An international comparative survey", Dibb, 1996). Cuando lo que vende son novelas, futbol y espectáculos dignos de un table-dance, la educación pierde el lugar que pudo haber tenido. Antes por lo menos las caricaturas eran un poco más sanas y dejaban con suerte alguna moraleja, ahora, las caricaturas para adultos han pasado al horario infantil y ponen como ejemplo a niños irresponsables, adultos estúpidos y figuras de autoridad que son motivo de burla.

Si hablamos de la educación que podían prestar las nanas o sirvientas hace tiempo, por lo menos había esperanza. En ese entonces podríamos aprender sentido común y sabiduría popular, ya que la sirvienta (y la nana con mayor razón) era parte de la familia y por lo tanto, tenía un nivel de co-responsabilidad en la educación de los niños. Pero si ahora la persona que hace el aseo está en la casa menos de 5 horas, y que por el sueldo que recibe no hará más que limpiar la casa, claro está, no podemos esperar que reparta un conocimiento que seguramente no tiene.

Y finalmente, hablando de los maestros, ¿qué podemos esperar de un grupo al que sistemáticamente le hemos reducido autoridad, respeto e influencia? Muchos de ellos son personas cultas, honorables y dedicadas a la educación, pero que lamentablemente no tienen el presupuesto o la autoridad para verdaderamente educar a los hijos que les prestamos durante 6 horas diarias. Por otro lado, en muchas ocasiones están solos frente a los padres y alumnos, que hacen un frente común en su contra. Y por último, ¿que se puede esperar de un gremio dirigido por una persona que no sabe como pronunciar "epidemiológico"? Mientras las riendas de este grupo estén en manos de personas más interesadas en la política que en la educación de los niños, los recursos se enfocarán en cualquier otra cosa, antes que en el supuesto fin común.

Tenemos que entender que la educación empieza, continúa y termina en el hogar, con apoyo e intervención de la familia extendida, los maestros, los amigos de la familia y la comunidad en general.

Nuestra responsabilidad es educarNos y educarLos. A todos.

México es nuestro

Es tuyo y es mío. Es de todos. La primera parte todos la entendemos. Sabemos que México es nuestro y por lo tanto, nos creemos con el derecho de hacer con él lo que queramos. La última parte es la complicada. No queremos entender que cuándo algo es de todos, todos tenemos derecho a disfrutarlo, pero cuando no le permitimos a los demás que lo disfruten, estamos incumpliendo la regla básica para la convivencia: el respeto.

El respeto es algo que perdimos hace mucho. No nos respetamos a nosotros, a nuestros cuerpos, a nuestros padres, a las autoridades. Si bien es cierto que muchas veces no trabajamos para ganarnos ese respeto, también es cierto que si no nos respetamos a nosotros mismos, nada ni nadie podrá parecer que merece nuestro respeto.

Para volver a ganar y otorgar ese respeto, tenemos que demostrar que lo merecemos. El respeto puede ser entendido como veneración, pero el origen de la palabra tiene que ver con "atención, consideración".

El respeto mutuo es la base de cualquier relación y se construye cada día.
Imagen tomada de: www.hilonesometours.com/

La región más transparente

Hace ya muchos años leí que sobre una novela de Carlos Fuentes con ese nombre y, (¡no era sarcasmo!) se refería a la Ciudad de México. Me dio tristeza ver que con el paso de los años, la realidad no tenía ninguna relación con la novela.
Cd. de Mexico, tomado de Etiqueta Negra.com.pe

Este blog es un intento más por recuperar el aire que se respira en todo México. No solo físicamente hablando, el aire de las ciudades, sino el aire de seguridad, sencillez y hospitalidad que se respiraba hace apenas unos años.

Yo, al igual que tú, me siento triste, abatida, desesperada. Veo que mi familia y mis amigos ya no están seguros en nuestro país. Veo que el extranjero nos observa con desconfianza. Veo que la desigualdad comenzó una lucha que apenas va iniciando y que no tiene para cuando acabar.

Hace años, me tocó escuchar a un entonces candidato a la presidencia mencionando las tres razones por las que quería ayudar a México: sus hijos. Y aunque el trabajo que hizo fue pobre, me parece que tenía razón. Nuestros hijos (y no me refiero solo a los hijos que procreamos nosotros mismos), los hijos de México merecen, ya, un mejor país. Pero eso no va a suceder sin ayuda, sin nuestro trabajo diario.

Sé que no podemos cambiar lo que hay en la mente de 100 millones de mexicanos. Lo único que podemos hacer es ayudarles a ver la necesidad de ese cambio. Y eso es algo en lo que todos podemos ayudar.

Te pido que me ayudes a difundir este blog y a participar en él, pero sobre todo, a que te comprometas por un futuro mejor. Comprometerse implica entregarse y esa es la parte más difícil. Implica vivir día con día los valores que harán de nosotros mejores mexicanos. Implica no ceder a la corrupción aunque ésta sea la solución rápida y barata a corto plazo. Por que ya vimos lo que causa a largo plazo.

Vivir así, de forma honesta, será más difícil, más cansado y más caro que ayudar a la corrupción, pero definitivamente, a mediano y largo plazo será mejor para todos. Si no quieres comprometerte, no tienes derecho a quejarte; sin compromiso no hay ganancia. Este cambio tiene que venir de adentro, de todos y cada uno de los mexicanos. Si no lo hacemos nosotros, nadie podrá ayudarnos.