martes, 17 de agosto de 2010

La región más transparente

Hace ya muchos años leí que sobre una novela de Carlos Fuentes con ese nombre y, (¡no era sarcasmo!) se refería a la Ciudad de México. Me dio tristeza ver que con el paso de los años, la realidad no tenía ninguna relación con la novela.
Cd. de Mexico, tomado de Etiqueta Negra.com.pe

Este blog es un intento más por recuperar el aire que se respira en todo México. No solo físicamente hablando, el aire de las ciudades, sino el aire de seguridad, sencillez y hospitalidad que se respiraba hace apenas unos años.

Yo, al igual que tú, me siento triste, abatida, desesperada. Veo que mi familia y mis amigos ya no están seguros en nuestro país. Veo que el extranjero nos observa con desconfianza. Veo que la desigualdad comenzó una lucha que apenas va iniciando y que no tiene para cuando acabar.

Hace años, me tocó escuchar a un entonces candidato a la presidencia mencionando las tres razones por las que quería ayudar a México: sus hijos. Y aunque el trabajo que hizo fue pobre, me parece que tenía razón. Nuestros hijos (y no me refiero solo a los hijos que procreamos nosotros mismos), los hijos de México merecen, ya, un mejor país. Pero eso no va a suceder sin ayuda, sin nuestro trabajo diario.

Sé que no podemos cambiar lo que hay en la mente de 100 millones de mexicanos. Lo único que podemos hacer es ayudarles a ver la necesidad de ese cambio. Y eso es algo en lo que todos podemos ayudar.

Te pido que me ayudes a difundir este blog y a participar en él, pero sobre todo, a que te comprometas por un futuro mejor. Comprometerse implica entregarse y esa es la parte más difícil. Implica vivir día con día los valores que harán de nosotros mejores mexicanos. Implica no ceder a la corrupción aunque ésta sea la solución rápida y barata a corto plazo. Por que ya vimos lo que causa a largo plazo.

Vivir así, de forma honesta, será más difícil, más cansado y más caro que ayudar a la corrupción, pero definitivamente, a mediano y largo plazo será mejor para todos. Si no quieres comprometerte, no tienes derecho a quejarte; sin compromiso no hay ganancia. Este cambio tiene que venir de adentro, de todos y cada uno de los mexicanos. Si no lo hacemos nosotros, nadie podrá ayudarnos.

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